ESTA ES LA FACHADA DEL HOSTAL DE SAN MARCOS EN LEÓN, MARAVILLOSA
La decepción empieza cuando llegas a recepción. Hay abiertos tres puestos pero solo en uno te hacen la entrada, los otros dos estaban en anidada charla. Cuando llegas de viaje quieres entrar en la habitación lo antes posible.
Una persona de recepción, una vez hecho el trámite, nos acompaña a la habitación y nos lleva la maleta. Entramos en la habitación, magnifica y nos empieza a explicar la utilización de las luces. Malo, cuando hay tanta complicación. Ya nos pasó en el tambien rehabilitado de Cadiz. Luego viene la griferia, esto ya es para nota. Con un solo mando se abre y cierra y se gradua la temperatura. Hace falta un libro de instrucciones. Para matricula de honor es la ducha. Lo mismo te abrasas que te sale el rociador del techo helado, un desatre.
El ultimo día bajamos al comedor. Me ofrecen como plato estrella "lechazo". Lo pido y aquello no era cordero "lechal" ni se le parecia. Se lo digo al maitre y me lo retiran sin costo. Es lo menos, casi ni comí.
La rehabilitación ha convertido al Parador de San Marcos en un muestrario de IKEA. No participo para nada de estos interioristas que hacen las cosa a su "mal gusto". Como poner unos lavavos en los que los senos son muy altos y salpicas todo. No es mi unica opinión, en el Parador de Cadiz otro cliente en el ascensor se quejaba de lo mismo.
Los interruptores de la luz y la griferia tienen que tener un manejo "que lo entiendan los tontos y no se equivoquen los listos".
Por lo demás San Marcos es suficiente mente bonito como para hacerle una visita.
Nota: La habitación estandar con desayuno te cuesta unos 400 euros la noche.
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