lunes, 7 de septiembre de 2020

JORGE FERNANDEZ DÍAZ TRAMPOSO Y PRESUNTO DELINCUENTE

A FERNANDEZ DÍAZ NO LE SALVA NI SU ÁNGEL MARCELO

Los SMS de Fernández Díaz implican al gobierno de Rajoy en el espionaje a Bárcenas


De un ministro del Interior bendecido por  Dios y que, de tanto ejercicio espiritual que se metía entre pecho y espalda, pasaba por ser un atleta de la oración hubiera cabido esperar una trayectoria intachable.  

Fernandez Díaz,  se alistó voluntario en el Opus Dei, donde sigue haciendo una mili con más guardias que el palo de la bandera. se supone que quien ha estado al frente de la Seguridad del Estado tendría que haber prestado más atención a la ley positiva, que es la que castiga por impresentables las  conductas que se le atribuyen.

Conspirar contra los adversarios políticos, fabricar pruebas falsas para desacreditar a sus dirigentes o robar información personal para chantajearles puede que no sea pecado si los extorsionados son independentistas o bolivarianos, hijos de Satanás todos ellos, pero son delitos como la copa de un pino. De la misma manera, espiar a Luis ‘sé fuerte’ Bárcenas con fondos reservados para buscar y destruir documentación que pudiera empapelar a tus correligionarios por financiación ilegal está muy feo y es penalmente perseguible.
Todos le oímos la deplorable frase "eso te lo afina la Fiscalia". Lo decía el mismísimo ministro del Interior. El guardián de las esencias patrias. 
Un legionario de Dios como Fernández Díaz, que los de Cristo se montaron su propio chiringuito, no puede jugar a ser el jefe de las cloacas del Estado para perjudicar a los otros o para extender la impunidad sobre los tuyos, porque eso no es cristiano ni decente ni puede ser objeto de absolución con dos padrenuestros y tres avemarías. Otra cosa es suponerle el cerebro de la guerra sucia porque, como se ha dicho aquí alguna vez, alguien que se deja grabar en su despacho por los mercenarios de su policía patriótica y se convierte en rehén de los facinerosos demuestra que de cerebro va justito y que está a falta de varios hervores.
Prueba de ello son los SMS que el susodicho envío a su secretario de Estado, Francisco Martínez, que confirmarían que entre él y su angelito dirigían personalmente el espionaje al extesorero de las patillas en cooperación necesaria con el CNI. De dichos mensajes el tal Martínez levantó acta en cuanto comprobó que el entonces ministro practicaba aquello del a Dios rogando y con el mazo dando y que lo suyo no era poner la mejilla a lo tonto -ni siquiera la primera-, pese a tener un rostro más duro que el hormigón de un embalse. Así, fue escucharle decir que ignoraba por completo el espionaje del que le estaban hablando y que nada de aquello le constaba e irse corriendo a buscar un notario para que certificara de quién procedían las órdenes de infiltrar en el entorno de Bárcenas al 007 que le hacía de escolta y de chófer. La moraleja es que no te puedes fiar de los secretarios del Estado porque ellos mismos no se fían ni de la Virgen ni del resto de la constelación celestial y, menos aún, de un ministro meapilas y mentiroso, que eso sí que es pecar contra el octavo mandamiento.
 A Fernández Díaz le acabarán empurando por esos mensajes de texto, que ya fueron la perdición de Rajoy y al que cabe suponerle en el ajo porque alguien tendría que manejar el cotarro en vista de las limitaciones neuronales de su adjunto en Interior. Otro SMS se antoja inminente: ‘Jorge, al menos, sé tan fuerte como Luis’.


Los mensajes entre Fernández Díaz y su número dos apuntan a la implicación del CNI en el espionaje a Bárcenas

La posible implicación del servicio de Inteligencia en el espionaje a Bárcenas agravaría la responsabilidad del Gobierno de Mariano Rajoy en la operación. "Cecilio" es una de las denominaciones extendidas entre los policías nacionales para referirse a los miembros del CNI. El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, podría decidir este mismo lunes acerca de la imputación de Fernández Díaz; la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal; y el marido de esta, Ignacio López del Hierro, que le solicitó el viernes Anticorrupción,   Fernández Díaz y Martínez, que aguarda para declarar al levantamiento del secreto del sumario, también previsto para el lunes, deberán profundizar en el contenido del citado mensaje sobre el CNI y el resto de los incautados por la Policía en casa del exsecretario de Estado. Según las citadas fuentes, en el mensaje no hay una alusión directa a Bárcenas.
La Audiencia Nacional investiga en esta pieza del caso Villarejo un operativo extrajudicial montado para recuperar pruebas que comprometían a dirigentes del Partido Popular en la financiación irregular de la formación durante dos décadas. Se trató, según sospechan los investigadores, de la utilización de funcionarios y medios públicos, policías y gastos reservados, para proteger al partido en el Gobierno. Algunos de los implicados han defendido ante el juez que hubo varias operaciones simultáneas y que una de ellas consistía en localizar a los testaferros de Bárcenas y recuperar el dinero dentro de la legalidad. Sin embargo, ni el operativo ni sus supuestos resultados se produjeron en el marco de la investigación judicial de la caja B del PP, que instruía Pablo Ruz, ni participaron en ella los agentes de la UDEF a las órdenes directas del magistrado.
La sombra del CNI planea sobre el espionaje a Bárcenas desde que trascendiera hace cinco años un episodio de aquellos días del verano de 2013. Los agentes del Área Especial de Seguimiento (AES) vigilaban día y noche los movimientos de Rosalía Iglesias, esposa de Bárcenas, y del hijo de ambos, Guillermo. En uno de los desplazamientos de Iglesias, tanto el chófer infiltrado como los policías del AES detectaron unas motocicletas que seguían al vehículo y que no pertenecían a su operativo. Al comprobar posteriormente las matrículas, los policías constataron que eran falsas. El comisario García Castaño puso este suceso en conocimiento del magistrado instructor en una de sus declaraciones como investigado, según fuentes jurídicas.
Todos están metidos en el ajo. Aquí todos son espías y a todos nos espían.

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