martes, 18 de mayo de 2021

PERO...¿HUBO ALGUNA VEZ UNA IZQUIERDA CATALANA?

PERE ARAGONES EL TITERE DE PUIGDEMONT LA DERECHA CATALANA

LOS CATALANES NO SON DE IZQUIERDAS, SON CATALANES DE DERECHAS.

YA LO DIJO TARRADELLAS, "CIUTADAN DE   CATALUNYA: JA SOC AQUI". SIN QUE NADIE LE HUBIERA NOMBRADO NADA. 

Es imposible considerar de izquierdas, no por nada especial, que un pueblo que ha elegido durante 23 años a Jordi Pujol, líder de la mafia Pujol-Ferrusola, pueda tener un mínimo de sentimiento de lo que representa ser de Izquierdas. Me dirán y, con razón, que Felipe González y el PSOE, tampoco tuvo un comportamiento muy de izquierdas, eran tal para cual.

En Cataluña,  se han pasado desde febrero hasta ahora para llegar a un acuerdo de gobierno. ¡Ya les ha costado!

El anuncio del acuerdo entre la derecha de Carles Puigdemont y la izquierda de Oriol Junqueras, en lugar de una Generalitat basada en el pacto de las izquierdas. Pese a que las dos primeras siglas, en las elecciones del 14 de febrero, eran progresistas y cabía una mayoría de progreso, la derecha catalana vuelve a conseguir que un partido que  aún se autoproclama de Esquerra impida que gobierne la izquierda catalana.

La cosa empezó cuando Pascual Maragall le dijo a Artur Mas, delfín del clan Pujol, "Su problema señor Más, es el tres per cent". se lo dijo a cara en el Parlament.

Analicemos lo acordado, que diría Francisco Frutos, que iba al Parlamento en Metro con su billete pagado de su bolsillo: Emolt honorable Aragonés, siguiendo ordenes de Puigdemont, acaba de entregar la cartera de Economía a la derecha catalana de conocida trayectoria neoliberal

No puede ser casual, además, que la gestión de los cuantiosos fondos europeos que va a recibir Cataluña serán también gestionados por Elsa Artadi desde su despacho en la consejería de Economía. Bien en línea con Madrid, donde Isabel Ayuso colocará en la Puerta del Sol a un consejero económico también ligado a los más importantes lobbies de la derecha. Lo paradójico y grave de Cataluña es que, mientras en la capital del Estado la izquierda ha sido barrida en las urnas, en la ciudad condal Esquerra comparte el poder con la derecha, tras haber sido la segunda fuerza electoral, obviamente, tras el PSC.

El descaro de esta peculiar izquierda catalana llega a tal punto que se alinea junto al PP, Ciudadanos y Vox en  Bruselas, en el círculo parlamentario Renew, para endurecer las condiciones que se nos exigen para poder recibir los Fondos Europeos. O sea, toda la derecha de España, más la derecha del parlamento europeo, y Esquerra, todos bien avenidos para bloquear, retrasar o condicionar los 140.000 millones de euros que el Gobierno de Sánchez ha negociado. Evidentemente, el tecnócrata Carles Aragonés no se despega un ápice de  los intereses dominantes. Eso sí, bastante bien adobados de una retórica patriotera made Junts per Catalunya, siempre acompañada de la oportuna fraseología socialpopulista contra la derecha española al servicio de la derecha catalana.

Esquerra de Cataluña ha tenido como representantes recientes en el congreso a Josep-Lluis Carod Rovira, el que pidió  a ETA que no matara en Cataluña. Joan Tardá, que confundía Madrid con La Moncloa. Dijo de él Bono, presidente del Congreso "que era muy primitivo". Por no llamarle "simple". Ahora está Rufián, que enamora a los catalanes por su finura del discurso. Es una licencia. A mi me parece un creído que va de listo por la vida.  Por cierto todos se arrugaron hasta la baberia cuando interrogaron a Jordi Pujol en la Comisión del Parlamente Catalán. Parece poco serió que por ser paisanos se le perdonen todos lo robos y atropellos que se cometieron bajo Pujol y Mas.

La administración catalana de Más impuso el copago sanitario y fue responsable de los mayores recortes en sanidad y educación, mientras se pagaban embajadas para llevar la idea del independentismo al Congreso de EE.UU. de la mano del supuesto comunista, nunca se ha visto más golfería en un comunista, de Raül Romeva i Rueda, que se iba con la mujer y "la amiga entrañable y los amigos" a vender por el mundo las bondades de la Republica Catalana, pero con fondos públicos. ¡Eso es un buen comunista, que cojones!

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