La insoportable deslealtad de Casado
Que Pablo Casado carece de escrúpulos a la hora de hacer oposición lo tiene sobradamente demostrado en el último año y medio, con su manera de encabezar sin pudor alguno la crispación política y ciudadana durante toda la pandemia. Nos faltaba verificar que también carece de sentido de Estado, aunque ya apuntó maneras cuando se negociaban los fondos europeos.
¿De verdad es más urgente acabar con Sánchez que estar unidos cuando se trata de hacer frente a un asunto que concierne a 47 millones de españoles, hayamos votado a quienes hayamos votado? ¿De verdad nos merecemos una jefatura de la oposición tan desleal, un Casado no contento con jugar con nuestra salud, ahora se pone de perfil cuando hay que resolver asuntos que trascienden los intereses españoles e incumben a toda Europa?
Ni agua. Esa es la consigna. Y si no lo es, al menos lo parece. Mira que Pedro Sánchez no es santo de mi devoción, mira que me sacó de quicio el martes la grandilocuencia de su declaración institucional tras la llegada en tromba a Ceuta de miles de marroquíes ("Seremos firmes ante cualquier desafío, cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia", pero aquí tienes 30 millones por debajo de la mesa…) Aún así, guste más o guste menos, estamos hablando del presidente del Gobierno de coalición legítimamente elegido.
Que Pablo Casado carece de escrúpulos a la hora de hacer oposición lo tiene sobradamente demostrado en el último año y medio, con su manera de encabezar sin pudor alguno la crispación política y ciudadana durante toda la pandemia. Nos faltaba verificar que también carece de sentido de Estado, aunque ya apuntó maneras cuando se negociaban los fondos europeos.
Y como vale todo, a Casado no le dolieron prendas este jueves a la hora de utilizar un tuit de hace seis meses en el que Pablo Iglesias se hacía eco de la resolución de la ONU en 1995 donde se insta a "celebrar sin demora un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblos del Sáhara Occidental". No sabe vivir sin recurrir al comodín del ex vicepresidente aunque este ya no esté.
En palabras de mi admirado José María Izquierdo, la sesión de control de los miércoles en el Congreso se ha convertido en "una patochada infamante, un ridículo espectáculo circense para que el pimpollo Casado luzca sin recato su absoluta incapacidad política para aunar fuerzas con el resto de partidos y lograr que entre todos podamos salir de los muchos problemas que agobian a los españoles, atónitos espectadores de la verbena semanal que reúne unos cuantos saltimbanquis y payasos sin gracia de la derecha empeñados en boicotear cualquier intento de construir un mínimo camino de futuro".
La deslealtad de Pablo Casado, además de ridícula e inquietante, empieza a ser insoportable.
LO DICHO LA INSOPORTABLE DESLEALTAD DE CASADO ADEMÁS DE DESLEAL ES UN IGNORANTE SIN NINGUNA VERGÜENZA. A CONFUNDIDO EL "SIN COMPLEJOS" DE AZNAR CON "TODAS LAS MAJADERIAS QUE ALGO QUEDA". ¡Y PRETENDE SER PRESIDENTE! PARA SALIR CORRIENDO.
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