"Si los residentes no van al hospital, el hospital tiene que ir a las residencias": el Defensor del Pueblo carga contra el 'protocolo de la vergüenza' de Ayuso
- La institución señala en un informe que "lo ético y exigible" habría sido "singularizar clínicamente" la decisión de derivar o no a los ancianos a los hospitales y no establecer protocolos "genéricos" por edad o discapacidad
- "En caso de no indicación médica de hospitalización, tiene que garantizarse que en la residencia el mayor tendrá la atención sanitaria debida", añade Francisco Fernández Marugán
"En las primeras semanas de la pandemia, en algunos centros con gran número de residentes contagiados no se consideró adecuado derivarlos a los hospitales, pero tampoco llegó asistencia médica ni de enfermería suficiente, ni medicamentos ni oxígeno, para atender a los residentes para los que no estaba indicada la hospitalización. [...] Los expertos en geriatría y en medicina interna señalan que el traslado al hospital no siempre es lo mejor para pacientes mayores [...] pero para decidir hay que hacer una valoración individual con criterios clínicos, nunca con restricciones genéricas referidas únicamente a una determinada condición como la edad o la discapacidad". Estas demoledoras palabras han sido redactados por el Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, en su informe anual del año 2020 publicado este jueves. Llega a ser más duro: "En caso de no indicación médica de hospitalización, tiene que garantizarse que en la residencia el mayor tendrá la atención sanitaria debida. [...] Si los residentes no van al hospital, el hospital tiene que ir a la residencia", critica. Y eso "no ocurrió", o "sucedió tarde", o "de forma insuficiente", denuncia.
La institución, a lo largo de 31 páginas, elabora un relato profundamente crítico con lo ocurrido en las residencias de mayores durante la crisis del covid-19. Pero si en algo hace especial hincapié es en la falta de ética de los protocolos elaborados por algunas comunidades autónomas mediante los cuales se negó la derivación de ancianos contagiados a los hospitales. Pasó por ejemplo en Madrid, donde el ya por desgracia famoso Protocolo de la vergüenza del Gobierno de la conservadora Isabel Díaz Ayuso fijó "criterios de exclusión" de derivación hospitalaria que impidieron que los ancianos más débiles contagiados fueran atendidos en un hospital. No hubo evaluaciones más concretas. Y eso, según el Defensor, no es "ético". "Lo ético y exigible es singularizar clínicamente las decisiones de esta naturaleza aplicadas a cada paciente", insiste la institución, que insiste en que "una denegación a grupos de personas, por edad o por discapacidad, no es admisible".
No hay comentarios:
Publicar un comentario