El mes de agosto es el mes de las vaciones.
Empecemos: "mañana a las cinco suena el despertador", se escucha en la casa donde al día siguiente van ha empezar las vaciones. Las maletas están abiertas, no saben donde meter toda la ropa que se van a llevar. Dicho sin animo de nada, la mitad de la ropa vuelve sin ser puesta. Se van a dormir y han contratado un taxi para llevarlos al aeropuerto. eso si no hay huelga.
Suena el despertador y se levantan raudos, una ducha rápida un café y con las maletas a cuestas salen para el aeropuerto. Aquí empiezan las vacaciones, hay una cola de las buenas para el tramite primero, facturación de maletas y obtener las tarjetas de embarque. Nota se puede hacer con 24 horas de antelación. Se llega al mostrador después de casi dos horas de estar de pie. Nos dan los asientos. Se pueden reservar con antelación. Nos vamos a pasar los controles policiales. te medio desnudan, te descalzan y te sobetean. Todo sea por la seguridad. Te quitan una botella de agua de 33 cl, 'es muy peligrosa'. Pasas por los arcos que siempre suenan y ya por fin estás dentro. Estás frente a las tiendas donde puedes comprar botellas de cristal, pero estás 'no deben ser peligrosas'. Comienza la espera.
Han pasado una cuantas horas y anuncian tu vuelo. Todos corren a coger sitio en la cola. Anuncian que el embarque se va realizar según los asientos. Empezando por los de más atrás. La cola formada no vale para nada. Entran en el avión y se 'empotran' en unos asientos minúsculos. Son sillas de tortura.
Ya están en pleno vuelo. Anuncian que se va a servir una comida. A nadie han preguntado lo que puede comer. El comer en una avión es un ejercicio de 'contorsionista'. La comida suele de tirando a repugnante. Terminan de comer y pretenden dar una cabezada. Vana ilusión, el del asiento de al lado quiere ir al baño y te toca levantarte. Al buen rato, había cola, vuelve el compañero de asiento, vuelta a levantarte. Aprovechas para ir al baño. Te toca esperar un buen rato. Vuelves a tu asiento y pretendes ver alguna película de la pantalla que te ha tocado. Te pasa un buen rato practicando con los botones. Es lo más entretenido del viaje. por fin llegas al destino.
Pasar los controles de entrada al país depende del país. En algunos te cuesta casi dos horas. Ahora toca recoger las maletas. ¡Por fina aparecen las tuyas!. Es como asistir a un parto. ¡Vienen bien y todas!. Salen al hall donde los recogen los de la agencia con los que viajan. La persona encargada de su traslado les ofrece unos productos de'ultima hora': paseo nocturno, tablao flamenco en versión local y compra de excursiones varias. La cita para empezar el 'tour' es: a las 6 AM el desayuno, 6,30 en el Bus que empieza la movida.
A la hora de comer local te llevan a un comedero infecto donde te dan una comida que los locales la despreciarían, te toca pagar lo que te piden y vuelta al Bus que sigue la ruta. Termina el día con la 'cena típica con espectáculo'. por fin llegamos a la habitación del hotel. La calidad es según se ha pagado. Los hoteles por debajo de cuatro estrellas suelen ser infectos. Los de cinco estrellas están muy bien.
A la mañana siguiente el mismo plan: a las 6 AM desayuno.., otro día de extensión cultural.
Al cabo de ocho días, siete noches, empieza el regreso. En el aeropuerto de vuelta van cargados con objetos que han ido comprando por los mercadillos que les ha llevado el guía, objetos absurdos pero 'muy típicos'.
Por fin llegan a sus casa y por lo bajo sueltan un comentario ."todo muy bonito, pero como en casa en ningún sitio". Ahora toca una semana de recuperación de sueño reordenar lo visto. Este es un viaje sin incidencias, ahora pongamos en lo peor: al llegar a destino han perdido las maletas que aparecen justo el día de la vuelta. En el 'grupo' abundan los listos para llegar primero a todo y quitarte el sitio con una sonrisa. Los que protestan por todo, los que piden favores y los caraduras gorrones. Un capitulo muy importante son 'las diarreas de viaje'. Te enteras que hay afectados por este mal en los desayunos, "fulano está con diarrea", comenta el o la enterada del grupo. Y, tú piensas, 'comiendo las guarradas de los mercadillo lo raro es que no estén en el hospital'. Los hoteles a kilómetros de la ciudad con una calidad muy inferior a la contratada, lo que se llama 'el similar' que suele ser tras escalones por debajo del ofrecido. Reclamas a la agencia y no te hacen ni caso. Te toca un guía que está cabreado y lo paga con su grupo y luego te pide propina para todo el mundo. Los mosquitos en zona tropicales que se ríen de los productos que llevan de su casa.
Estas son una vaciones de descanso para cargar las pilas, será de mala leche.
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