EL BESO, SIN MÁS
La magistral reflexión de Elvira Lindo contra García-Gallardo y sus medidas antiabortistas
La periodista se planta frente al vicepresidente de Castilla y León a través de un crudo relato
Esta semana, el vicepresidente de Castilla y León por Vox, Juan García-Gallardo, ha ocupado sendos titulares y páginas por dos motivos: en primer lugar, por anunciar una batería de medidas para desincentivar el aborto, tan regresivas que han sido calificadas como coaccionadoras por diferentes psicólogos, y en segundo lugar, por reconocer en una rueda de prensa que “no sabe mucho sobre embarazos”, a pesar de haber impulsado estas polémicas medidas. A raíz de estos hechos, la escritora y periodista Elvira Lindo ha escrito una columna en El País en la que se planta firmemente contra el ultraderechista.
Bajo el título ‘García-Gallardo y los polinizadores’, la periodista relata su experiencia al abortar en la España de la transición, un momento en el que la educación sexual que recibían las mujeres y el apoyo a la interrupción voluntaria del embarazo no estaban en su punto más álgido.
“Tengo 17 años, aún voy al instituto. Nadie sabe que estoy aquí. Bueno, sí, una amiga que vino antes y ha corrido la voz de que hay un ginecólogo majo. Entonces se decía así. Majo o maja era ser progresista”, comienza la columna.
“Yo no tengo madre, pero si la tuviera tampoco podría haberle dicho dónde he venido. Mi educación sexual ha sido nula. A pesar de que me doy besos con lengua desde los 13 y de que ya tengo relaciones con un chico (majo), no he tenido más guía que la intuición”, prosigue.
“Mi padre, aún no me explico por qué, contó un día en la mesa cuando yo tenía unos 11 años cómo las flores atraen a los polinizadores. Mis hermanos contenían la risa y yo me preguntaba si dicha charla iba dirigida a mí. No llegué a entender la verdadera dimensión del asunto, pero el verbo polinizar, me puso la cabeza del revés. Y ahí se acabó la aportación paterna al conocimiento de este medio, un medio que sospecho que él por su parte conocía bastante bien”, sostiene, poniendo de manifiesto la escasa importancia que se le daba a los derechos de la mujer y a la educación sexual por aquel entonces.
Tras relatar los nervios y la incertidumbre de quien va a una clínica ginecológica por primera vez en un contexto social tan complicado, Lindo describe el diálogo con el especialista: “Y dime, además de una primera revisión, ¿a qué has venido?”. “¿Yooo?”, le digo llevándome la mano al pecho como si hubiera sido acusada de algo, “pues yo he venido… he venido porque no quiero quedarme embarazada”. Asiente con la cabeza y me señala la camilla. Y así empezó mi dilatada experiencia en el universo de la planificación familiar”.
“Las que no tuvimos educación sexual, las que nos buscamos la vida en soledad no vamos a permitir que un señor que dice no saber mucho de embarazos quiera estrechar los derechos de las mujeres. Mire, amigo, los malos ratos ya nos los llevamos otras”, sentencia, oponiéndose firmemente a las políticas de García-Gallardo previamente mencionadas.
MI RELATO.
Yo soy de 1945. Durante toda mi vida de adolescente , de 13 a 19 nadie me habló de sexo. Lo que sabía era por lo hablado con mis compañeros de colegio o de juegos.
Los comentarios en el colegio eran muy comedidos, era un colegio privado no de curas. Jamás en el aula se habló de sexo. En los juegos los compañeros eran más variopintos, los había mayores que presumían de haber "follado" era mentira.
A las chicas las madres las decían cuando tenían la primera regla "ahora si te toca un chico te quedas embarazada". Eso todo lo que sabían del sexo. Había excepciones, como siempre, pero eran las menos. En parte porque las madre tampoco sabían nada de sexo, pese a haber parido media docena de crios.
Yo tenía una amiga, muy amiga, que me contó que ella se creía que los hijos se hacían en un solo acto sexual. Me remarcaba, "yo decía, mi madre lo ha tenido que hacer cinco veces, eran cinco hermanos, pobrecilla".
Otra amiga me preguntó como nos masturbabamos los chicos, porque su chico la pedía "masturbame" y ella no sabía que era eso. Lo cierto es que el chico si la masturbaba a ella pero ella no sabía corresponder y quería corresponder sin quedarse embarazada.
Las chicas se educaban en las monjas que las castraban para toda su vida. Qué puede enseñar quien ha renunciado a su sexualidad. Solo decían que el matrimonio bendecido por Dios y tener hijos era su meta. Y aquí se acababa la historia.
Llegamos a finales de los 70, las cosas ya habían cambiado. En determinados grupos "progres" que su meta era follar. Hasta Krae nos tubo que decir "no todo va a ser follar". Porque algunos estaban en grupos progres porque las chicas follaban.
En los años 80, con Franco enterrado, vimos peliculas donde nos enseñaron a follar. Viendo en casa un canal porno, una amiga a la que se la había follado toda la progresia de Madrid, se quedó muy asombrada al ver como se hacía "un perrito". No se lo habían hecho ni lo conocia y eso que se había follado a media progresia de Madrid.
En otra pelicula un abuelo veía con su nieto adolescente una pelicula porno y le comentaba a su nieto viendo como se follaba por detras 'un perrito' "¡si yo llego a saber esto cuando lo hacia con tu abuela!".
El mamarracho de García-Gallardo y sus medidas antiaborto son propias de su formación con los curas en la Universidad Pontificia de Comillas y de su nacimiento en Burgos. No lo digo yo, me lo dijo uno de Burgos ante mis comentarios sobre la libertad sexual, me dijo: "¡que soy de Burgos!". Su mujer, tambien de Burgos, sostenía que la chica que con 17 años se besa con un chico, de mayor tendría problemas, los problemas los tenían ellos que cuando una hija con la carrera terminada les dijo que se iba a vivir, sin casarse, con el novio les dieron el mayor disgusto de su vida.
Las cosas han cambiado mucho hoy las relaciones sexuales las tienen desde los 13 años las chicas, las parejas viven sin casarse y tienen hijos, el aborto es libre pese a franquistas como García-Gallardo, la información sexual se imparte en los colegios. Con la oposición de Vox y otros como ellos.
Nunca he entendido que el sexo que es tan graticante que sin el no se reproduciria la especie, sea tan condenable por los curas. Otra represión más al catalogo de represiones inventadas por los mal llamados Padres de Iglesia, que eran unos crapulas de mucho cuidado
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