La denominada «tragedia del Tarajal» refiere a los acontecimientos que, el 6 de febrero de 2014, condujeron a la muerte de 15 personas en la playa del Tarajal, ahogadas mientras trataban de eludir a nado el dique que separa Marruecos de la ciudad autónoma de Ceuta para entrar en España como inmigrantes irregulares. A causa de estos fallecimientos, la actuación del operativo fronterizo de la Guardia Civil ha sido objeto de controversia, aun cuando el Gobierno de España, entonces presidido por Mariano Rajoy y con Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior, respaldó la intervención de los agentes.
Lo ocurrido en la valla de Melilla, la masacre contra los subsaharianos tenía el precedente de El Tarajal en 2014. Ahora ha sido con un Gobierno socialista al que al mostrarle las imagenes, a Pedro Sánchez, se excuso con un cobarde "no las había visto" y con un ministro Grande Marlaska que ha justificado en todo momento la actuación de la policia Marroquí y de la española. La BBC les ha puesto las vergüenzas al aire a los dos. Pero lo de Marlaska viene con antecedentes.
Interior accede a mostrar las imagenes en privado a ocho miembros del Congreso. ¿De qué se avergüenza Maralaska que no nos las enseña a todos lo españoles?
La gendarmería marroquí podría haber arrastrado cadáveres fenecidos en España hacia su territorio
Toques de atención
Europa se ha interesado en no pocas ocasiones por lo ocurrido en la frontera sur, pero Interior recurría a evasivas. Hasta en cuatro ocasiones le pidieron en septiembre de forma informal que visitara la Eurocámara y explicase el asunto. Ante su poca disposición, el pasado 25 de octubre le remitieron una invitación certificada.
El próximo paso para profundizar en el caso se dará el próximo lunes. Será entonces cuando un grupo de diputados de la oposición viajen a Melilla en el marco de una delegación de la comisión de Interior del Congreso. Allí, esperan ver las imágenes grabadas con las cámaras de vigilancia de la frontera para poder juzgar.
OTRO TARAJAL NO. YA TUVIMOS BASTANTE CON AQUELLA VERGÜENZA.
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