POR NO SABER NO SABEMOS NI CUANTOS MUERTOS FUERON EN MELILLA.
La inhumanidad que intenta endilgarnos el Gobierno
Los diputados y diputadas de la comisión de Interior del Congreso fueron a Melilla a ver las imágenes que el Gobierno se resistía a mostrar -y que sigue sin enviar al Defensor del Pueblo en su totalidad-. Sí, también fue el PP, representado por una portavoz, Ana Belén Vázquez, a la que se le llena la boca reprochando a Marlaska sus "mentiras". El PP hablando de mentiras, en general, y hablando de mentiras en la frontera, en particular. Es el mismo PP, claro, que ocultó y defendió una cruel actuación de la Guardia Civil, que disparó pelotas de goma y botes de humo a sangre fría contra un grupo de migrantes que nadaban con serias dificultades, que se ahogaban intentando llegar a la playa del Tarajal, en Ceuta, en febrero de 2016.
Murieron 15 personas (que se sepa) y el Ejecutivo de Mariano Rajoy se desgañitó por quitar trascendencia al hecho, tratando a las víctimas como si fueran deshechos. Quedaron muchas preguntas sin responder, imágenes durísimas y una respuesta nula de los tribunales, que no encontró responsables. El Estado español cerró filas, así que, señores/as del PP, como parte de esta maquinaria inhumana, tápense un poquito las vergüenzas, que se les escapan por todos los poros de su granítica cara.
España se ha entregado a la política de pactos con un sicario, Marruecos, y gestiona la frontera europea y africana con el rey de este país que viola sistemáticamente los derechos humanos, que silencia, tortura y mata. Para obtener éxitos en esta estrategia conjunta, España se pone a la altura del dictador, del represor. En lugar de exigir a Marruecos el respeto de los derechos humanos, como mínimo en nuestra frontera, España prefiere violarlos ella. ¿En qué nos hemos convertido, además de en un Estado pelele a las órdenes de un matón, desde el rey hasta la Guardia Civil, pasando por el Gobierno y los tribunales? La mayor soledad, confesaba Kapuscinski hablando de su oficio, que es el mío, le sobrevenía ante "la violencia impune". Es, efectivamente, el abismo de un país que pone en tela de juicio su propia humanidad privando a seres humanos de sus derechos. Lo de Mandela, si me permiten también.
LA VIOLENCIA Y BRUTALIDAD DE LOS RESPONSABLES A LAS ORDENES DE MARLASKA, (GUARDIA CIVIL Y POLICIA) NO TIENE SITIO EN UN ESTADO DEMOCRATICO. MARLASKA ES UN MENTIROSO MISERABLE. TAMPOCO VIO LAS TORTURAS CUANDO ERA JUEZ Y LE TOCO INVESTIGARLAS. YA DIGO, UN MISERABLE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario