INES ARRIMADAS NO SE QUIERE ENTERAR QUE COMO DECÍAN LOS BRINCOS "NADIE ME QUIERE YA"
Mañueco prometió este domingo a Arrimadas que no iba a haber adelanto electoral. Y eso que eran socios de Gobierno.
El adelanto electoral anunciado este lunes por el presidente de la Junta de Castilla y León, el popular Alfonso Fernández Mañueco, ha pillado completamente por sorpresa a su hasta hoy socio de gobierno, Ciudadanos (Cs). En la dirección nacional del partido ha causado indignación la noticia, pero también pasmo, desconcierto y estupefacción.
En Cs confiaban en la palabra que hasta ahora había trasladado Fernández Mañueco tanto en público como en privado: que su intención era agotar la legislatura y no pulsar el botón de convocatoria electoral antes de tiempo. Las fuentes consultadas por desvelan además que ayer domingo se produjo una conversación entre el presidente autonómico y la líder de los liberales, Inés Arrimadas, en la que el primero volvió a comprometerse a no anticipar los comicios.
En el partido hablan de «traición», pero también la achacan a las «presiones» de Génova, a la que sitúan en el epicentro de todos sus males. En el entorno de Arrimadas apuntan que habían conseguido desactivar el empuje del PP nacional para que se anticipasen las elecciones andaluzas y que confiaban en espantar también ese fantasma en Castilla y León. Sin embargo, Fernández Mañueco se ha decidido a anticipar los comicios y lo hace además con acusaciones de «deslealtad» a Cs.
«Casado necesita una victoria que tape la de Ayuso en su guerra interna (...). Los ciudadanos de Castilla y León se merecen mucho más que ser una pieza de ajedrez en las guerras internas del PP», ha dicho Arrimadas en la sede nacional de Cs, donde ha subrayado que hace apenas «cinco días» Fernández Mañueco hablaba públicamente de «normalidad» en su Gobierno y reconocía que «funcionaba».
Desde el PP hablan de un supuesto acercamiento de Cs al PSOE y a Por Ávila de cara a los presupuestos autonómicos, pero fuentes del núcleo de confianza de Arrimadas niegan que estuviesen negociando con los socialistas y aseguran que eran los populares quienes tenían conversaciones abiertas con Por Ávila, que es una escisión local del PP.
Además, subrayan que en el único lugar donde se ha testado la lealtad de los procuradores de Cs es en las Cortes de Castilla y León, con el voto en contra el pasado marzo de la moción de censura presentada por el PSOE. «Es una pena que en un despacho de Génova se haya presionado a Mañueco para convocar unas elecciones que no tienen nada que ver con los intereses de Castilla y León sino con los de Casado», ha añadido Arrimadas.
Una coalición en crisis desde septiembre
El hasta ahora vicepresidente de la Junta de Castilla y León, el liberal Francisco Igea, se presentó en su día a las primarias de Cs para oponerse al fichaje de la expopular Silvia Clemente y dar la batalla por un cambio de color en la comunidad autónoma, tras décadas de gobiernos del PP. No obstante, la política de pactos de Albert Rivera le obligó a formar una coalición de gobierno con Fernández Mañueco, con quien llegó a formar un tándem de confianza a la par que Igea se alejaba del PSOE regional por su dura oposición. En la dirección nacional de Cs destacan la pésima relación que existe entre sus procuradores y los socialistas, sobre todo a raíz de que los intentasen «comprar» para su fallido intento de expulsar a Fernández Mañueco el pasado marzo.
El entendimiento entre Fernández Mañueco e Igea había empeorado desde septiembre, eso sí, por la negativa de los populares a respaldar el plan sanitario de Cs. Esta mañana, Igea ha dicho que Fernández Mañueco «no es un hombre de bien» en unas durísimas declaraciones en Onda Cero recogidas por Europa Press. Después, el ya exvicepresidente, médico de profesión, ha anunciado en Twitter su intención de incorporarse a las tareas asistenciales en el hospital Carrión de Palencia.
Estos eran amigos 'entrañables'. Ya sabemos como se las gastan los/as amigos/as entrañables.
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