Yo nací en España en 1945, desde que tengo memoría todo ha sido miedo, miedo a la torta, miedo al castigo y, cuando creces miedo por el pecado solitario, así lo llamaban los curas a la masturbación.
Una educación basada en el miedo al castigo no es para ser feliz, es para ser obediente y temeroso a la ley de Dios. Asi lo decían en la pelicula Z de Costa Gavras.
A mi me pidieron la Fe de bautismo para poder hacer el Ingreso de Bachilerato. No he entendido nunca que la Iglesia catolica y la sociedad que me rodeaba me quisiera impedir el placer sexual con uno mismo, hacerse una paja. Era el colmo de la maldad, te acojonaban con que te quedabas ciego, incluso gente de mi edad, a los 16 años se inventaba historias rocambolescas para denostar el placer de hacerse una paja.
Hasta ahora mismo, Juegos Olimpicos de París, se ha pretendido que no tuvieran sexo los participantes.
En el bachillerato conocí a un compañero que le apodamos "el pajas", él mismo nos decía que se hacía una media de 10 pajas al día. Años más tarde coincidí con el, no se había quedado ciego.
La represión era la norma de vida en una España nacional-catolica, dominada por un clero compuesto por desertores del arado y malas personas. El que no valía para estudiar lo mandaban al seminario, o a los hijos de una soltera. No había vocaciones, había necesidades.
Hasta bien entrado los 70, en esa España de inquisidores, no vimos una mujer desnuda en el cine. El Museo del Prado estaba lleno de desnudos, pero al Prado solo iban los turistas extrajeros, y ya se sabe que son unos perversos, los españoles no nos pervertiamos viendo la Tres Gracias de Ruben, ni la Maja desnuda de Goya, nos ilustrabamos con el futbol y los toros.
De personas muy leidas, no sé que leerian, les he oido sus indirectas sobre el sexo y su perversión. Que se lo pregunten a la mujeres de nuestra España cañí que se han muerto sin saber lo que era un orgasmo, porque eso era cosa de frescas.
Los hombres teníamos licencia para experimentar con la chicas del servicio, que para eso estaban, como decía un amigo "te pasas cinco años queriendo dejar embarazada a la mujer y nada y, le echas un polvo a la criada detras de la puerta y la preñas".
Yo he oido en mi infancia conversaciones sobre el sexo en el matrimonio que era de lo más frustrante, lo mismo para él como para ella. Él se iba de putas y disfrutaba, le pegaban enfermedades que se las pasaba a la legitima y se extrañaba porque "eran carisimas". Hoy eso se cuenta, en mi infancia y juventud se conocía pero no se hablaba. El exministro Fernadez Díaz recomendaba a Gallardón ir de "putas muy limpias"
Las mujeres de cierta edad y frustradas, a los adolescentes nos decían que no creciamos por las picardias, las pajas, todo lo miraban con ojos de inquisición. Se sentían inquisidoras, los hombres de cierta posición eran inquisidores de sus hijos y de los amigos de sus hijos.
El mayor cinismo era no reconocer que los padres habían hecho lo mismo que sus hijos a su edad y, en vez de informarles les criticaban.
Por hoy ya vale, otro día más.
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