Desde el día 26 de junio pasado, día de las elecciones que nunca se tuvieron que repetir, los ciudadanos <ya habíamos votado el 20-D> y los resultados eran claros :fin del bipartidismo y pónganse de acuerdo con lo que hay. Ese fue el mandato de los ciudadanos.
El sr. Rajoy, presidente del Gobierno en funciones dio la espantá de los malos toreros, ni salió al ruedo. Sencillamente se escondió y mando a dar la cara a sus peones de brega. Uno de los más activos atiende por Casado y tiene un pasado cutre-facha de reprochar a las victimas del franquismo de " estar todo el día con el abuelito muerto dando la tabarra". Este individuo es el mismo que ahora a la vista que a su señorito Rajoy no le quiere nadie, por mucho que se les llena la boca de decir que han tenido ocho millones de votos pero callan que quince, sí quince millones de votos han sido para otros, se pasa el día y la noche invitando al PSOE a que sea su pareja del minué. Que como todo el mundo sabe es un baile muy fino. Para el PP no vale el tango, el minué.
El tal Casado lo tenemos hasta en la sopa en las televisiones afines al PP. Cada vez que sale a dar su soflama de por España, algunos saltamos y decimos eso lo teníais que haber hecho vosotros con el PSOE. Ahora todo es meter presión a otros. Pues mire sr Casado, esos cojones en Despeñaperros , como le dijo el flamenco al maquinista del tren que presumía de fuerza de su maquina en la estación de Atocha. Ahora toca formar Gobierno con sus afines, y si nos los tiene el sr Rajoy ya sabe dónde está la puerta.
Hace muchos años Rajoy empezaba en política y le dijo al patrón Fraga "quiero ir a Madrid, y Fraga le contestó, si quieres ir a Madrid, cásate". Ya va siendo hora que reconozca que junto con el Aznar de su segunda legislatura es el presidente que menos amigos ha hecho en política.
Si a estos escuderos le ponemos como portavoz al Hernando, que hasta en los gestos se le nota su mal estilo que le imprime su origen de Fuerza Nueva, que de natural es insultón y falton como los macarras chuletas del franquismo sociológico, sale una cosa pestilente para que digan los del PSOE :con estos ni borrachos, somos todavía jóvenes para suicidarnos con estas amistades.
Y a los ciudadanos que nos queda, pues paciencia y a barajar.
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