martes, 30 de julio de 2024

MORIR DE EXITO: EL TURISMO


 YA LO DECIAN EN LA PELICULA DE PEDRO MASÓ CON PACO MARTINEZ SORIA Y JOSE LUIS LÓPEZ VAZQUEZ: EL TURISMO ES UN GRAN INVENTO

Cierto, pero tambien es depredador y contaminante. ¿Qué queda de la Mallorca de los años sesenta, donde iban las parejas de recien casados? Nada. Todo está masificado y por triplicado. 

Hay playas preciosas que los locales las intentan preservar de las masas que las ocupan y las ensucian. El turista es un ser depredador por naturaleza, llega a un sitio y lo trata como si el fuera el dueño, le da igual que sea el Partenon de Grecia como la playa de El Arenal de Palma de Mallorca.

Despues de muchos años viajando, pero viajando, he llegado a la conclusión de "que no es que muera de exito, es que se va fagotizar él mismo". Este año han vuelto las masas de turistas a salir disparadas al pistoletazo del 15 de julio. Lo han ocupado todo. 

En el mediterraneo han llegado hasta japoneses a sitios que no habían pisado nunca. Las playas pequeñas para uso de los locales se han visto desbordadas por las masas ansiosas de mojarse el culo. Ese sabor de lo local ha desaprecido por la llegada de las hordas de turistas de todo pelaje y condición. Los restaurantes locales que eran agradables de disfrutar se han vuelto insufribles a las voces y risotadas de los de la mesa de al lado que quieren demostrar que lo están pasando muy bien y para que nos enteremos todos rebuznan carcajadas a todo volumen.

Esta semana pasada en la costa mediterranea en un restaurante de los caros, en una mesa próxima, unas ocho personas competian a ver quien pegaba el rebuzno más fuerte. La cosa llegó a un nivel  que se le advirtio al camarero "que nunca antes se habían soportado semejante espectaculo". Cuando nos fuimos nos despedimos del dueño, lo conocemos desde hace años, y la comentamos lo pasado, no dijo nada. Otro sitio al que ya no vuelvo a ir. No era un chiringuito  de playa es un restaurante de 200 euros para dos personas. 

Las hordas de turistas llegan y arrasan sin miramientos. Lo mismo se saludan pegando gritos que arrastrando las sillas para hacer grupo y rebuznar al unisono.

En Barcelona los habitantes  de la ciudad están que no aguantan más los miles de turistas que  todos los días desembarcan de los cruceros como si lo hiceran en las playas de Normandia. Lo arrasan todo con la bendición del comercio que les atraca con paellas congeladas y les cobran como si fueran del gran  Alfonso Camorra de Riscal, donde comí mis primeras patatas suflé con siete años.

La calidad del servicio se resiente y no es agradable comer cuando un niño no para  gritar ante las risas de padres y  abuelos. Para sus padres y sus abuelos erá muy divertido oirle pegar grtos como si le despellejaran vivo. En una ocasión un niño no paró de berrear como si le estuvieran matando, cuando salí le comenté al padre "le duelen los oidos, al niño." "No, me contestó el padre, es que nos gusta oirle". 

Esto es la masificación del turismo, los trenes llenos y todo desbordado. Llega el mes de octubre y en esos chiringuitos ruidosos no va nadie. Eso es la estacionalidad del turismo, del que ya escribí hace más de 60 años.

El turismo es un gran invento, es como la bomba atomica, que decía mi primo Vitorino.


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