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CON ESTE CADÁVER DE ELEFANTE SE ENTERRÓ LA MONARQUÍA DE JUAN CARLOS I |
Hoy se cumplen cinco años que Juan Carlos I abdicó en su hijo Felipe. Juan Carlos fue designado por el dictador Franco como su sucesor a titulo de Rey. Muerto Franco,el entonces presidente del Gobierno Adolfo Suarez hurtó a los españoles del referéndum 'imprescindible' dadas las circunstancias del origen de la "instauración de la monarquía" por la designación sin consulta al pueblo de un Rey, sobre si se quería monarquía o república. Los sondeos del Gobierno de Suarez daban que los españoles queríamos una república. Entonces se optó por no hacer el referéndum, en un "ejemplar ejercicio de democracia". Luego vino la Constitución del 78, con más buenas intenciones que otra cosa... "Lo de la vivienda digna, lo del trabajo etc, es una declaración de buenas intenciones". "De buenas intenciones está empedrado el infierno", nos decían.
El golpe de Estado del 23-F dejó muchas sombras sin resolver. Lo curiosos del caso es que la aparición de Juan Carlos en la TV a la una de la madrugada le confirió el salvoconducto para reinar como el salvador del golpe. Poco se ha dicho de la implicación del espionaje oficial que brindaba a las 7,30 de la tarde el 23-F. Estos expías que contaban "que las más altas instancias están al tanto del golpe".
Durante muchos años la prensa conocía de las aventuras de Juan Carlos, de los negocios, de las ausencias de sus obligaciones, de las comisiones por cada barril de petroleo, que se lo quitó Aznar; por eso se llevaban tan mal. Todo se sabía ,incluso de la parentela extramatrimonial que nunca se permitió investigar por su "impunidad", impunidad propia de un monarca medieval pero incompatible con una democracia.
Fue el accidente de Botsuana, en la matanza de elefantes en compañía de Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el multimillonario sirio Mohamed Eyad Kayali, ese día, y la famosa caída con rotura de una cadera, se rompió algo más que unos huesos del Monarca. Se rompieron las barreras que los ocultó y la prensa que llevaba casi cuarenta años tapando las vergüenzas de Juan Carlos I, las expuso como un trofeo.
Juan Carlos estaba contra las cuerdas, como lo estaba Alfonso XIII en 1923, los escándalos siempre han acompañado la monarquía de los Borbones. Alfonso XIII optó por apoyar el golpe de Estado y la dictadura del general Primo de Rivera; Juan Carlos optó por algo inaudito en un monarca: "Pedir perdón y prometer que no lo volvería a hacer". El daño ya estaba hecho y los deseosos de destripar los escándalos ocultos de Juan Carlos se tiraron a degüello. La cosa estaba muy mal para la monarquía, tan mal que pusieron en marcha un mecanismo no previsto en la Constitución, "la abdicación". Es imperdonable que una constitución moderna se haga con planteamientos medievales.
Para ignorantes que decían "que no era costumbre la abdicación en la monarquía española" les recuerdo: Carlos I abdicó en su hijo Felipe II, Felipe V los hizo en dos ocasiones, en Luis I y Fernado VI, Carlos IV lo hizo en Napoleon y luego en Fernando VII, Isabel II en su hijo Alfonso XII, y Alfonso XIII en su hijo Juan. Nos han sido pocos para que no se tuviera previsto.
Como dijo el presidente de la Cortes, Juan Posada, "con la Ley de la abdicación se ha hecho una chapuza". Se hizo con prisas porque las encuestas le daban a la monarquía una valoración pirrica. Había que salvar los muebles como fuera.
Para más abundamiento, los escándalos de Iñaki Urdangarin con los sucios negocios de comisiones, "lo que veía en la casa de su mujer", pusieron a la Infanta Cristina contra las cuerdas. Se llamó a todas las fuerzas disponibles, empezando por el fiscal Orrach, "más defensor que fiscal", se puso en juego a la Agencia Tributaria que dio por buenas unas facturas que el emisor (El Corte Inglés) no reconoció como suyas. Había que salvar a la Infante Cristina. ¡Y la salvaron! El único que pagó los platos rotos fue Iñaki Urdangarin, que de ser el deseado paso a ser un golfo que aprovechandose del amor de su mujer Cristina la engañó y engañó al Rey y toda la corte de secretarios que le daban el visto bueno a sus maniobras. Este fue el argumento de la defensa de Cristina... ¡Y funcionó!
Con estos mimbres, el cesto de la monarquía perdía agua y había que buscar una solución rápida y limpia. Se dio por buena la abdicación y aquí no ha pasado nada. Hace cinco años del día de autos, la nueva monarquía no despierta entusiasmo entre los jóvenes y, los mayores se dividen entre la República y la nada. FelipeVI tuvo un día nefasto el 3 de octubre de 2018 sobre lo ocurrido el 1-O en Cataluña. No tuvo una sola palabra para las victimas de la brutalidad policial de la que fue testigo el mundo entero. Fue una Real Cagada y perdió a Cataluña. Le han quitado el titulo de Conde de Barcelona, los catalanes claro; es un síntoma del desprecio que sienten por él.
En el mús se dice una frase :
"Incierto se presenta el reinado de Witiza" Pues eso, dicho queda.