sábado, 2 de julio de 2016

VIAJAR Y NO CALLARSE

En el año 82, diciembre, haciendo un TODO CUBA INCLUIDO SANTIAGO DE CUBA. Por una maniobra descarada de CUBATUR, perdimos el vuelo a Santiago. Reclamamos a Cubatur y la respuesta fue " vayan a pasear por la Habana que es muy bonita". Poco se podían figurar que a la mañana siguiente nos presentamos en la sede del Partido Comunista de La Habana y pedimos hablar con el responsable político de turismo de La Habana. En media hora, no más, estábamos sentados en la mesa :dos responsables de Cubatur, el miembro del PC de La Habana y nosotros dos. A los cinco minutos de conversación, el responsable de Cubatur estaba verde, solo fue capaz de decir "por qué han venidos ustedes al PC de La Haba". La respuesta fue para meterle debajo de la mesa "porque son más serios que ustedes que actúan como gansteares de Chicago, no les falta ni el puro". A partir de ese momento, el miembro del PC de la Habana era un bloque de hielo, todo lo que antes era imposible como ir a recibir el año al Tropicana   ahora era: "irán al Tropicana y les invitamos a una botella de ron por pareja". Donde era "a pasear por La Habana", ahora era irán a las playas de este y tendrán unas habitaciones para cambiarse. Y ahora viene la compensación por no haber ido a Santiago "25.000 pts por persona".
 Si nos hubiéramos callado nos  abríamos quedado sin todo lo dicho.
Nunca nos tenemos que callar si nos sentimos engañados. Pero lo que no tenemos que hacer nunca es discutir entre nosotros y luego cada uno por su lado y si te he visto no me acuerdo. Eso es lo que pretenden las compañías cuando no cumplen lo prometido.
Yo desde ese día me digo "si fui capaz de reclamar en una dictadura como era la Cubana, no voy a callar en una democracia". Pero tengo que añadir "allí me hicieron caso, aquí te inundan de procedimientos leguleyos y te aburres". En las reclamaciones hay que ser  como el de la petaca. Ya saben la historia del joven que se va a confesar y el cura saca la petaca para coger un cigarrillo, el confesante le pide la petaca y se pone tan pesado que el cura le da la petaca. A continuación se a confesar una joven y le dice que su novio se quiere acostar con ella, el cura le pregunta ¿no será el que se ha confesado antes? Si padre, le dice la joven. Pues date por jodida le dice el cura a la joven.
Cuando pagamos un viaje pagamos lo que nos piden, tendremos que recibir lo que nos ofrecen.

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