CON CASI 200 MUERTOS Y 2.000 HERIDOS
AZNAR MINTIO PARA SALVARSE ÉL.
¿Hasta qué punto y a partir de qué momento el cálculo electoral determinó la estrategia de comunicación del Gobierno para informar a la ciudadanía sobre quienes creían que habían sido los autores de la matanza? Dar respuesta a estas preguntas es el propósito de La llamada, de Jesús Ceberio. Por entonces el periodista era director de EL PAÍS y en el libro se enfrenta con coraje al “mayor error de mi vida profesional”: la decisión de cambiar el titular de la edición especial del periódico, que pasó de “Matanza terrorista en Madrid” a “Matanza de ETA en Madrid” tras dos llamadas de La Moncloa, una de ellas con Aznar, que, a lo largo de 111 segundos, entre las 13.06 y las 13.08, tuvo tiempo suficiente para afirmar con rotundidad lo que el presidente repitió a otros cinco directores: “Tengo la certeza de que ha sido ETA”. “Te ha engañado”, le dijo al cabo de una hora Cebrián a Ceberio. A él y a buena parte de España durante las siguientes 24 horas y algunos han pretendido perpetuar ese engaño interesado.
“El presidente Aznar pretendió usar el atentado en beneficio de su partido”. Los ejemplos de la manipulación se acumulan en el libro: desde presionar a los corresponsales extranjeros en Madrid hasta conseguir que ETA fuese nombrada explícitamente en una resolución de la ONU hasta vetar la entrevista de George Bush al corresponsal Lorenzo Milá o el “borrado masivo de los archivos informáticos de Presidencia relacionados con el 11-M”.
El éxito de esa estrategia no fue electoral, pero sí cultural. Según algunas encuestas, más de un tercio de la población cree que ETA tuvo alguna participación en el atentado y esas cifras pueden llegar al 50% entre el electorado popular. Ni los políticos ni los medios de comunicación que se beneficiaron de la teoría de la conspiración han reconocido su error. No reconocerlo también ha sido una estrategia de comunicación. En la segunda parte del libro, Ceberio reflexiona sobre las consecuencias cívicas de perpetuar la mentira. “Las mentiras fundacionales de Aznar en torno a la autoría del 11-M han envenenado la coexistencia política en nuestro país hasta extremos a menudo insoportables”.
Con Pedro J Ramirez y Federico J Losantos envenenaron con sus mentiras a los españoles que se dividieron en dos bandos, tan enfrentados como en la Guerra Civil. Fueron unos años terrororificos, familias que se partieron, grupos de amigos de toda la vida que no volvieron a hablarase, y toda por la intosicación de estos dos personajes de la mentira, con la anuencia de Aznar y Rajoy.
Ademas de poner los muertos nos tragamos a estos miserables de la mentira.
GRAN PARTE DE LA RADICALIZACIÓN QUE VIVIMOS HOY PROCEDE DE LAS CONSPIRACIONES DEL 11M
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