El juez Manuel García Castellón ha asignado la X de Kitchen a Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior entre 2012 y 2016. El caso más grave de corrupción en el departamento de la seguridad del Estado desde los GAL se salda, a falta de los previsibles recursos ante la Sala de lo Penal.
El magistrado de la Audiencia Nacional decidió este jueves no prorrogar la investigación, como le habían solicitado todas las acusaciones y, muy vivamente, la Fiscalía Anticorrupción, proponiendo recientemente una batería de diligencias que García Castellón ha rechazado en su totalidad.
Para no mencionar a Rajoy en las 70 páginas del auto, García Castellón llega a mencionar la figura del "primer ministro", inexistente en España, y en tres ocasiones habla del "presidente del Gobierno". La Fiscalía había pedido que el PP identificara al titular de un número de móvil facilitado por Villarejo después de que este asegurara que se intercambiaba mensajes sobre el espionaje a Bárcenas con el jefe del Ejecutivo. El teléfono, en realidad, corresponde a Rajoy, pero el juez considera la petición de Anticorrupción "una diligencia impertinente, innecesaria e inútil".
EL JUEZ GARCÍA CASTELLÓN CONDECORADO
"Vamos a ver, Eduardo (Zaplana). Tenemos el Gobierno, el Ministerio de Justicia no sé qué y tal. Y escucha, tenemos a un juez que está provisional… Tú lo asciendes… Yo le digo, a ver, venga usted pa acá. ¿Cuál es la plaza que le toca? Onteniente, a tomar por culo a Onteniente y aquí que venga el titular, que ya me las apañaré con el titular, coño"
Ignacio González, 22 de noviembre de 2016.
¿Recuerdan esta frase de Ignacio González? Es muy pertinente para entender lo que ha ocurrido este jueves. A finales de 2016, el expresidente de Madrid andaba muy preocupado con el juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. Allí se estaban investigando sus correrías, y también varios de los casos más delicados para el Partido Popular: Lezo, Púnica, más tarde Kitchen… Y en una conversación con el exministro Eduardo Zaplana que grabó la Guardia Civil, Ignacio González confesó un deseo que, muy pronto, se hizo realidad: que se fuera el juez que había en ese juzgado y que volviera a la plaza el titular. Es justo lo que pasó, apenas siete meses después.
Tal y como pronosticó Ignacio González, al juez "provisional" que investigaba los casos que más preocupaban al PP, Eloy Velasco, le ascendieron a un puesto donde pudiera molestar menos; hoy está en la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional. Y "el titular" volvió al juzgado número 6. Aún sigue allí. Se llama Manuel García Castellón. Llevaba casi 17 años fuera de ese puesto. Y la historia de este juez, de sus idas y venidas, explica mucho de cómo funciona la justicia en este país.
Manuel García Castellón llegó a la Audiencia Nacional en 1993. Primero al Central número 5, como sustituto de Baltasar Garzón. Más tarde como titular del Central número 6. En esos años llevó la instrucción del caso Banesto y también la de varios atentados terroristas de ETA. Entre otros, el asesinato de Miguel Ángel Blanco y el coche-bomba de 1995 contra José María Aznar.
Unos años después, fue precisamente el Gobierno de José María Aznar quien lo escogió para uno de los puestos más codiciados de la carrera judicial: el de magistrado de enlace con Francia. En teoría, ese cargo se ocupa de coordinar a la justicia de ambos países para evitar burocracia. Es una suerte de embajador judicial, con pasaporte diplomático. Una bicoca, donde se trabaja poco y se cobra mucho: en 2016, era un sueldo de 9.500 euros netos al mes en 14 pagas, según Confilegal. Es un puesto que se nombra a dedo, sin mucho más requisito previo que ser juez o fiscal con cinco años de experiencia. Y que decide el Gobierno. En este caso concreto, el nombramiento de García Castellón como magistrado de enlace en Francia se publicó en el BOE el 26 de mayo de 2000.
Ya lo dijo Cosido: "controlar la justicia". Él sabía lo que se decía.
Fue García Castellón quien intentó imputar a Pablo Iglesias con argumentos bastante endebles, en una causa surrealista donde le quitaron la razón tanto el Tribunal Supremo, como la Fiscalía como sus propios compañeros de la Audiencia Nacional. Es quien imputó a Cifuentes, también por la financiación B del PP, para después archivar la investigación. Es también el juez que hoy ha cerrado la investigación de uno de los mayores escándalos de la historia democrática: el caso Kitchen. Y lo ha dejado en la mínima expresión
García Castellón es capaz de archivar la investigación sin llamar siquiera a declarar como testigo al principal beneficiado de todo el operativo y principal responsable del Gobierno bajo el que todo esto ocurrió. En un ejercicio de malabarismo difícil de igualar, cierra la investigación sin mencionar siquiera por su nombre a Mariano Rajoy en los 70 folios del auto que hemos conocido este jueves.
- Oiga usted, a mi todo esto me suena a otra época. Yo pienso que de bien nacidos es ser agradecidos.
- Usted lo ha dicho, de bien nacidos es ser agradecidos. Y tener amigos hasta en el infierno.
- Yo diría mejor, "siembra bien y ya recogerás"
-Pues eso, estamos donde siempre.
- Pero que no te pillen el el medio que te crujen.
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