VIAJAR PARA CONTARLO.
Decía el escritor Diaz Plaja que se viaja para mandar postales y dar envidia a los que no han podido ir de viaje. El texto de las tarjetas postales era "desde este bonito lugar nos acordamos mucho de vosotros". La cosa tenía su parte de mala leche.
Ahora las tarjetas postales se han cambiado por los "e -mail" con foto, WhatsApp. Lo importante es que el receptor se entere donde estás y lo bien que lo estas pasando.
Lo más espectacular es el alarde de países conocidos. Lo mucho viajado y lo lejos que están todos. Nadie presume de conocerse su zona, se presume de haber estado en quintapuñetistan y de las penurias que pasaron, suelen ser del tenor de haber subido un monte en burro.
El que menos, tiene media docena de cruceros, ha pisado los hielos del Perito Moreno. Y El Calafate es como de la familia. Si tu no estás en ese nivel no serás bien recibido en el selecto grupo de los muy viajados.
Se ha cambiado el viajero por el guiri. Los guiris van en grupos pastoreados por un guía que los trata según sea su pelaje y condición.
El viajero era una persona que dormía al raso o en un pajar si no había otra cosa. La cuestión era ver lo que te interesaba y llenarte de ese paisaje o ver las piedras que tanta ilusión te hacia. Se hacia auto-stop si hacia falta. Se iba en tren o en "la Juanita" que era un autobús de linea, de asiento corrido y tapicería de hule. Se pasaba calor y se bebía agua del botijo, pero se veía lo que se quería.
Ahora nos meten en un avión que no nos podemos ni mover. Pero llegamos muy lejos, que es lo que importa, y luego lo contamos que es lo más importante :contarlo.
Bueno, que todo el mundo viaje mucho y nos lo cuente.
Por cierto, si tienes ganas de enterarte de muchas cosas, tienes mucho más comentarios si sigues buscando. Hasta el año 2024 tiene comentarios.
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